REINAGURACIÓN

Voy a volver a reinagurar con algo constructivo.... (aunque es muy real lo del cardenal...)

Hace unos diez días estuvimos de convivencias en Zaragoza, y quiero compartir con vosotros una adaptación profana y personal de la charla que tuvimos el sábado por la mañana ( a los que les empiece a picar los ojos, salir pústulas, dermatitis o signos similares por oler a chapa catequista, la salida de emergencia se encuentra arriba a la derecha en forma de aspa)

La charla llevaba como título acompañar a los jóvenes en la Fé, entendiendo ésta como confianza. Así el ponente, Jose Ignacio Blanco, nos habló del primer enemigo de la confianza: QUERER CONTROLAR. Nos puso el ejemplo de la pareja, cuando una relación comienza se siente un gustirrinín que nos provoca el deseo de apropianos de él.... Que deje su nombre, apellidos (foto y teléfono... ;) ) el primero que no haya preguntado "¿Dónde estás?" a su pareja. No digo más.

Esto provoca una ambigüedad entre el amor desinteresado y el que se busca por ese gustirrinín (del que os hablo al pricipio¡, no del otro...que también).
Sin embargo, es normal, y una primera fase del amor, ambas situaciones conviven, y se produce el primer acto de confianza, arriesgarse a tener una relación.

Como todos sabemos, durante los primeros meses, las 25 horas del día que pasas con esa persona son estupendas, te pasas el día sonriendo feliz cual perdiz. Llamémosla, la era del gustirrinín.

Pero.... todos ya conocemos que esto no dura para siempre.... los habitantes de esta era son débiles, se pasan el día comiendo barritas substitutivas para estar atléticos y esbeltas, y un día se dan cuenta de que para seguir adelante, necesitan más.

Y aquí lo dejo por hoy... prometo una segunda parte.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te has quedado en la etapa del gustirrinin con la entrada, pero no me he aclarado mucho cual es el objetivo de ella...

Elisa dijo...

quizá el amor sea una mezcla de los dos, lo damos desinteresadamente, pero también esperamos algo a cambio... y muchas veces empezamos las relaciones por ese gustirrinín que dices, esa necesidad de sentirse queridos.
en cuando a Dios... lo mismo, no es tan desinteresado, aunque quizá debiera ser así, al fin y al cabo se busca la vida eterna... :P

Anónimo dijo...

En el amor, siempre se da todo desinteresadamente. Pero para que ese amor no desaparezca necesita que le den también a él cosas, pues sinó se agota. Así que la ambigüedad de dar para que te den existe. Y en la primera fase del "gustirrinín" creo que es donde más das y más esperas que te den en el corto plazo.



Respecto a Dios, la teoría es que Él siempre nos da todo de forma desinteresada,... pero ahí entramos en los terrenos pantanosos de la FE,...

Estaremos a la espera de cuales son las siguientes fases del amor,...

JM